domingo, 9 de septiembre de 2007

Invasión de gatos (Cuento)


RESULTA QUE un día el Tío Chiflete encontró tres gatitos en un baldío. Eran muy lindos, todos grises con manchitas blancas, y muy mimosos. El Tío los levantó, se los puso en los bolsillos del saco y se los llevó a la casa.
Cuando llegó, Franca y Lara se pusieron muy contentas con los gatitos, y estuvieron toda la tarde ayudando a cuidarlos y jugando con ellos. Pero los gatitos hicieron mucho lío: la rasguñaron a Lara, se treparon a los muebles y los estantes, hicieron pis y caca por todos lados, volcaron la leche sobre la alfombra y clavaron las uñas en los sillones. Peta se enojó mucho.
Entonces decidieron regalarlos. El Tío se paró en la puerta y los ofreció a los que pasaban, pero ninguno se interesó.


- ¿Qué puedo hacer con estos lindos gatos? - le preguntó a Doña Peta.
- Podés hacer carteles y ponerlos por todo el barrio, para que todos se enteren.
- Pero es mucho trabajo hacer tantos carteles - dijo el Tío.
- No, hacé uno y después encargás 10 o 20 fotocopias.
- Muy buena idea - dijo el Tío, y se fue corriendo a hacer las copias.
Cuando llegó al negocio pensó:
- Mejor hago 50 carteles, para estar seguro de que la gente los vea.
Cuando los tuvo listos, los repartió por los negocios del barrio y los pegó en los árboles. El carnicero y el verdulero se ofrecieron a hacer más copias y ponerlas por sus barrios.
Al día siguiente vino una señora que había visto un cartel.
- ¡Qué lindos gatos! - dijo la señora. - Le voy a regalar uno a cada uno de mis sobrinos - Y se los llevó.
Al rato empezó a llamar y venir más gente que quería los gatos.
- Ya los regalé - decía el Tío.
- Ya vino una señora y se los llevó - repetía el Tío.
- Ya me quedé sin gatitos - decía.
- ¡Basta! ¡Me están volviendo loco con tantos llamados! - dijo por fin.
- ¿Cómo puedo hacer para que me dejen de llamar todas esas personas? - le preguntó a Doña Peta.
- Podés poner otro cartel que diga: "No tengo gatitos - Tío Chiflete".
- Muy buena idea - dijo el Tío y se fue corriendo a hacer 187 carteles y colocarlos por el barrio.
Al día siguiente dejaron de llamar personas pidiendo gatitos. Pero empezaron a llamar personas ofreciendo gatitos.
- ¿Así que no tiene gatitos, Señor Tío Chiflete? Yo le regalo dos - dijo el primero que llamó.
- ¿Quiere unos gatitos? Yo le regalo tres - dijo otro señor.
- Y yo cuatro - dijo otro.
Para la tarde, el Tío tenía doce gatitos en su casa, haciendo mucho más lío que antes, tomándose un montón de leche y rasguñando todos los muebles y toda la ropa.
- Ya sé lo que voy a hacer - dijo el Tío. - Voy a poner 435 carteles que digan "Regalo gatitos".
- ¡No! - dijo Peta - Van a venir un montón de personas para buscar gatitos, y después vas a tener que poner más carteles para que dejen de venir. Basta de carteles, si nó este asunto no se termina más. Mejor llevá los gatos a la veterinaria.
En la veterinaria se pusieron contentos de recibirlos, y el Tío Chiflete se pudo dedicar a arreglar todos los líos que habían hecho.

http://www.netic.com.ar/cuentinf/ctos-pagos/chiflete/gatos.htm