sábado, 29 de septiembre de 2007

Ayudando al gato sordo


Comprobar que el gato está sordo no es muy difícil porque sabemos que “familiarmente” siempre hay sonidos que invariablemente lo motivan a actuar, tales como hacer sonar el envase que contiene su comida o el abrelatas eléctrico. Cuando el gato no responde a esos sonidos muy conocidos por él, es probable que no los esté oyendo.

El cuidado del gato sordo se circunscribe a la paciente ayuda que los miembros de la familia pueden prestarle para que viva una vida normal y comienza por no permitir al gato salir solo de la casa, ya que no puede oír el tráfico de autos ni la cercanía de animales que puedan agredirlo. Una correa o arnés es el cordón umbilical de una mascota sorda; el gato ahora saldrá de casa amarrado y acompañado.
Su mascota no podrá oír sus órdenes pero sí podrá verlas, así que es el momento para “acordar” con él las señas que le harán acudir a su llamado. Recuerde recompensar al gato cada vez que logre el resultado por usted deseado. También puede intentar atraerlo con señales olfatorias.

Puede recurrir a ruidos de silbatos y campanas y también a las vibraciones que se transmiten a través del piso (taconear o golpear con un bastón). El uso de una luz intermitente durante las noches puede servir para acondicionar al gato a reaccionar de una manera preestablecida.

Proporcionarle al gato un compañero le será de gran ayuda, ya que por imitación, él podrá aprender -por ejemplo- cuándo es el momento de comer o la llegada de alguien a la casa.

Por último, si su gato es de los que lo sigue a todas partes dentro de la casa, cuando se vaya a cambiar de habitación, déjeselo saber con una palmadita en el lomo.