sábado, 23 de junio de 2007

El gato no es egoísta


El gato doméstico es una animal rutinario o inconstante, dependiendo de los casos. Como sucede a todas las criaturas de fuerte personalidad, el gato es una animal imprevisible, pero a la vez ligado a sus propias costumbres y usos horarios. Normalmente, el trastornar sus hábitos normales puede acarrear al animal graves molestias.
Generalmente se dice que el gato es egoísta y que se acostumbra a la casa mucho más que a los seres humanos. Sin embargo, la capacidad de encariñamiento del gato con el amo dependerá proporcionalmente de lo que éste haga para merecer ese cariño. Con el gato no sucede lo mismo que con el perro, que es capaz de querer a cualquier amo. En el caso del gato, el dueño debe ganarse el amor del felino. En este extremo, el gato tenderá a encariñarse sólo con aquellas personas que lo tratan bien y le proporcionan alimento y abrigo. Esta circunstancia no quita, en supuestos excepcionales, que el gato sea capaz de amar a su dueño sea cual fuere el trato que le confiera.
Algunas personas tildan al gato de traicionero y ladrón. Es cierto que el gato puede tener reacciones “traicioneras” a los ojos del ser humano, quien al desconocer la verdadera naturaleza del animal se comporta ante él de manera inadmisible y provocadora. Pero quien conoce realmente la naturaleza de los felinos sabe que no son traicioneros. Además, el utilizar ese calificativo para un animal podría resultar del todo ridículo, ya que los gatos no poseen la capacidad humana de discernimiento y su comportamiento es principalmente instintivo. En lo que respecta al calificativo de ladrón, el gato sólo se apropiará de la comida ajena si no está suficientemente educado y no comprende qué es lícito o ilícito para el hombre.



Autor: Javier Villahizán
Entender, educar y cuidar a tu gato
Revista Super Mascotas – junio-julio año 5 N° 24
Mérida - Venezuela

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