martes, 12 de junio de 2012

Polvorito


Desde Valparaíso, Chile, me llegó está simpática historia.

Polvorito chiquito

Polvorito

Familia peluda

Hola seguidores de gatos consentidos, aquí les envío mi historia.
Es mi primer acompañante felino, prefería tener perros ya que los gatos me provocan alergia y por ende asma (soy asmática). Me cambie de ciudad (Valparaíso, Chile) donde me fui a vivir a una casa con otros estudiantes de universidad, eramos 4. Una joven con un par de años más que yo (yo tengo 20), quien fue que trajo a Polvorita. Al instalarme en casa recién supe que habitaba una gatita de apenas 3 meses a la cual llamaban Polvorita. La gatita no era mía, así que no pretendía en encariñarme con ella, pero ella no pensaba lo mismo. Todas las noches y/o mañanas forzaba la entrada a mi dormitorio y me dejaba ahí, con mis ojos hinchados, rojos y con estornudos, pero no podía negarme a su "ese no sé qué" que tienen los gatos. Josefa (la dueña) iba a su cuidad natal constantemente y salia por las noches a sus "carretes" (fiestas) por lo que pronto dejo de preocuparse de la pequeña Polvorita, no le daba comida, ni agua, ni se dignaba a comprarle un kilo de alimento, el pobre no había comido en la tarde,, por lo que a la mañana siguiente le dije que eso no se hacia a lo que me respondió alterada; "¡que tanto! ¡es un gato no más!" a lo que yo le conteste "es un ser que necesita alimentarse, no es su culpa que seas irresponsable, ¡cuando tengas un hijo dirás lo mismo?".
Un día en mi cama me di cuenta de que Polvorita no era Polvorita, sino Polvorito, un macho, su dueña no sabia nada de animales, NADA. Con mi pololo comenzamos a comprarle collares, pelotas saltarinas, ratones de jugete, comida, etc, hasta intentamos sacarlo, pero su dueña nunca le enseño el mundo exterior, así que le temía a todo. Después de darnos cuenta que la dueña se iría a otra casa yo y mi pololo decidimos no dejar a Polvorito en sus manos y comenzamos una discusión que duro bastante, con policía incluido, pero ganamos, Estamos con Polvorito, tiene 1 año y 5 meses, no ha madurado y espero nunca lo haga, los veterinarios dicen que tiene peso perfecto, no le gusta la calle, se enoja con las chalas nuevas o personas que no conoce, juega con sus pelotas saltarinas y sus ratones (juguete), ataca mis piernas, le gusta mirarme cuando me ducho, mirar lo que voy a cocinar, toma agua de la llave aunque su plato este lleno, pone caras extrañas cuando huele algo y aún hace fuerza para poder entrar en las noches a dormir conmigo. Lo de la alergia se ha solucionado, me he acostumbrado a su pelaje. Aun me cuesta entender a los gatos, pero siento una atracción especial por su comportamiento. Adoro a Polvorito, cuando vuelva al sur, a Puerto Montt (Chile), lo llevare conmigo, así podrá pasar su vejez al lado de la combustión lenta, tranquilo. Y así he formado mi joven familia en Valparaíso, mi Pololo (novio), nuestro Polvorito y yo.
Como pueden ver es "naranjo" y bien loco, dicen que los gatos naranjos tienen fama de serlo.
Atte. Nathalie Pradenas

4 comentarios:

Rosario dijo...

Que linda historia!! me alegra saber que en mi lindo paìs hay gente joven que ama a os gatos. Seguro Polvorito va a tener una buena vejez disfrutando el carcito rico de las cocinas a leña y estufas sureñas.Felicitaciones Nathalie y a tu pololo tambièn.
Rosario.

Anónimo dijo...

ooohhh!!!!! Polvorito es preciosooooo

Nienna dijo...

Muchas gracias Rosario. Nos hemos esmerado para darle una buena vida a Polvorito como uno más de la familia y así lo han tomado nuestras amistades igual.
:D

Bengali dijo...

Excelente historia asi vale la pena las cosas en la vida felicidades