El gato es un animal que empieza a manifestar su comportamiento de lucha desde muy temprana edad, peleando con sus hermanos por conseguir el mejor puesto a la hora de mamar de la madre.
Son diversos los motivos por los que un gato se pelea: la confrontación con un macho que supone una amenaza, la intrusión de alguien en su territorio, cuando algún extraño se acerca a su camada -si el gato comparte su hábitat- o cuando percibe claramente que tiene las de ganar, son hechos que llevar al animal a la lucha. Aún así, es conveniente saber que estos felinos no pelean dos veces por el mismo motivo.
Un gato no suele penetrar en el territorio de otro a no ser que no haya percibido sus huellas o las señales de su orina. Si esto ocurre, el dueño y señor de la parcela se le acerca en actitud amenazante para defenderse contra la intrusión. Ante este gesto, el animal despistado se da la vuelta respetando, en todo momento, la división territorial.
Otro motivo para la lucha entre dos gatos se produce cuando aparece una hembra de por medio. En este caso será ella la que elija, y no tiene por qué ser al ganador.
La conducta amenazante puede ser de tipo ofensivo y defensivo. El primer caso es el comportamiento que precede al ataque y se produce cuando el gato se sitúa enfrente de su adversario y se prepara para saltar. En las amenazas defensivas el animal avanza de costado y con el dorso arqueado y son una mezcla de deseo de fuga y de ataque. La posición de pasividad se caracteriza porque el gato se somete y permanece pegado al suelo, produciéndose así el final de la confrontación.
Este blog, dedicado a la protección y cuidado de nuestros queridos gatos, es una recopilación de todo lo lindo que de ellos se dice y escribe, hallado en la red, libros, prensa, revistas y especialmente en mi corazón...