Al caer desde lo alto, el gato comienza a orientarse en el aire. Los primeros mensajes, enviados desde el aparato vestibular, hacen rotar la cabeza.
Una vez que la cabeza y los oídos alcanzan su posición correcta, el gato puede asegurar su postura. Al rotar la cintura, rápidamente despliega la parte anterior de su cuerpo alistándose para el descenso, independientemente de que sus cuartos traseros puedan estar aún hacia arriba.
En proximidad del piso las patas anteriores se extienden. Éstas absorben el choque evitando lesiones ya que no existen articulaciones óseas en el cuerpo. Éste continúa la rotación, pues los mensajes de orientación se dirigen hacia los cuartos traseros.
Listo ya para descender sobre sus patas anteriores, el gato mira con confianza hacia delante donde descenderá. Todos sus músculos están relajados, porque si están tensos es más fácil que se desgarren.
Fuente: Conozca a su gato, Dr. Bruce Fogle
