Recibí de un lector este email:
"Hola Lilian, comparto contigo la última entrada de mi blog acerca de gatos, estoy seguro que te interesará.
Muchos saludos desde Bolivia."
Daltry Gárate Carrasco
Seguramente han oído hablar de la historia de Hachikō, el fiel perro de raza Akita que iba a esperar a su dueño a la estación de trenes todos los días durante nueve años (pronto le dedico un post entero, hace rato que tengo pensado hacerlo).
Pues bien, varias veces leí acerca de perros con historias similares a la de Hachikō, pero esta es la primera vez que me entero de un gato que demuestra un comportamiento similar.
Renzo Iozzelli murió a los 71 años de edad en Montagnana, población al norte de Italia, el 22 de septiembre del 2011. Su familia obviamente estaba apenada, pero no esperaba que también estuviera tan afectado su gato blanco con gris, quien desde entonces va todos los días al cementerio para dejarle regalos en su tumba.
Toldo es el nombre del fiel felino. Tiene tres años y comenzó a demostrar su cariño el día del funeral de su dueño, cuando siguió al cortejo fúnebre desde la casa hasta el camposanto. Desde entonces, en susvisitas diarias, le ha llevado a modo de regalo hojas, palos, ramas, vasos plásticos, mondadientes y toallitas de papel.
Ada, la viuda de Renzo, empezó a notar las señales de que había algo inusual el día después del entierro de su esposo. “Fuimos al cementerio con mi hija y encontramos una ramita de acacia en la tumba. Pensé inmediatamente que era el gato, pero mi hija estaba convencida de que eso era porque estaba pasando por un estado muy emocional”, le dijo al diario italiano “Corriere Fiorentino”.
Esa noche, el hijo de Renzo volvió al cementerio y se encontró con Toldo haciéndole guardia a la tumba. Los vecinos ya están acostumbrados a verlo pasear entre sepulcros y flores. “Incluso hoy fui al cementerio con Toldo y cuando venía de vuelta, un conocido me dijo que el gato ya había estado ahí en la mañana”, afirmó la viuda.
Ada contó que su marido y el gato cultivaron una bonita relación desde que Renzo lo adoptó a los tres meses de edad en una colonia de gatos: “Mi esposo le tenía mucho cariño, amaba los animales. Es como si Toldo estuviese agradecido. Es un gato especial, uno no puede dejar de quererlo”.
El único problema es que el felino ha tenido que enfrentarse a algunos vecinos que no están de acuerdo con sus visitas y que lo tratan de ahuyentar. “Hay gente insensible que lo manda lejos con piedras y ese tipo de cosas, convencidos de que la presencia del gato en el cementerio es casi una profanación”, contó Ada a “La Nazione”.
La viuda dice que Toldo a veces la acompaña y otras va por su cuenta, pero que ahora, por ser invierno, ha disminuido las visitas. “No está saliendo mucho estos días. Está con bronquitis, por lo que está durmiendo a mi lado”, afirmó a AFP y agregó que el animal también es cariñoso con el resto de la familia.
Según la veterinaria chilena Pamela Cruz, la demostración de cariño no es muy común en los felinos, a diferencia de los perros, “pero como el gato ha aumentado su contacto con los seres humanos, es más esperable ver ese tipo de conductas”, declara.
Agrega que los obsequios sí que son típicos de los gatos: “Les encanta llevar regalos. Es una manera de compartir con la manada, porque ellos te eligen a ti, a diferencia de los perros, donde es uno el que los adopta. Los gatos te aceptan dentro de su manada y a este gato se le murió una parte importante de la suya, que era este caballero”.
Fuente: Las Últimas Noticias
*La historia original en italiano la pueden leer aquí.
1 comentario:
Bellisima historia , el comportamiento de los animales que han creado un lazo de amistad con un humano es para siempre,cuanto podemos aprender de ellos.Gracias amiga por compartirlo.Gaticariños de Merlina
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